Cuestionando el Cristianismo

Cuestionando el Cristianismo
Cuando mi hijo tenía 13 años, estableció una nueva relación con su padre y comenzó a cuestionar el cristianismo. Comenzó a pasar fines de semana alternados con su padre, y regresaba como su copia al carbón por un par de días. Su padre había alcanzado el éxito por esfuerzo propio. Él inculcó una ética de orgullo en mi hijo y lo animaba en todas las cosas. Esto era bueno para la parte tímida de mi hijo. Estaba practicando deportes y sobresaliendo en la escuela en cosas como el gobierno estudiantil.

Fue durante este período que mi hijo comenzó a cuestionar el cristianismo y a dudar de su fe. El mensaje simple ya no funcionaba para él -- comenzó a cuestionarlo todo desde una base intelectual. Cambié a mi familia a una iglesia de base bíblica con un enfoque más hacia la juventud y concentré mis oraciones diarias en la protección de mi hijo de influencias malignas.

Advertencia de Dios. . .

No suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; en ese tiempo ten cuidado que no se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios. . . (Deuteronomio 8:12-14)

Alrededor de este tiempo, las bases de la familia se tambalearon. Habíamos comenzado un negocio de publicidad para las escuelas y lo perdimos a nuestro mayor acreedor. Cambiamos nuestra casa por un velero de 41 pies, y vivimos abordo para hacer realidad uno de los sueños de toda la vida de mi esposo. Encontré un ensayo de escuela de mi hijo básicamente titulado "Me estoy criando yo mismo." No hace falta decir que la estabilidad de la familia se sacudía en un momento inoportuno para mi hijo.

Mi hijo quería experimentar una mayor independencia, así que lo dejé. Lo dejé experimentar ideas mundanas y tomar sus propias decisiones. Lo dejé escoger su música y sus compañeros. Cambió los campamentos de verano de la iglesia por una cabaña de pesca de un amigo al norte de California. A medida que mi hijo cuestionaba el cristianismo, lo dejé explorar. Confié en Dios.