El Tiempo de Dios es Perfecto

El Tiempo de Dios es Perfecto
El segundo día más emocionante de mi vida fue el del nacimiento de mi primer nieto, Griffin. Debra me pidió que fuera su madrina, como símbolo de su pedido de ayudar a establecer raíces cristianas en nuestra familia. Mi nieto fue bautizado en la iglesia de su bisabuela. Mi nieto me llamaba "Nina." Mi hijo es un padre cariñoso.

Un año y medio después, fui bendecida con un segundo nieto, Austin. Fue bautizado en la misma iglesia, y se le pidió a mi esposo que fuera el padrino - de nuevo manteniendo el deseo de mi nuera de establecer raíces cristianas dondequiera que pudiese. En este punto, el pastor le pidió a Debra que se uniera a la iglesia, ya que había bautizado a sus bebés allí. Ella me preguntó si debía pedirle a mi hijo que se uniera a la iglesia, y yo le aconsejé que no, ya que no era el momento adecuado para mi hijo, y él todavía no era un creyente. El tiempo de Dios es perfecto. . .