La Voluntad de Dios
La Voluntad de Dios
Muchos sobrevivientes del cáncer se refieren a una "nueva vida normal". A medida que comencé a ver la voluntad de Dios hecha realidad en mi vida, parte de esta "nueva vida normal" fue el conocimiento persistente de mi propia mortalidad. Ya no posponía más ese viaje, o el escribir mis memorias para mis nietos, o el transmitir mi fe a mis hijos, o el decirle "te amo" a mi familia. La "nueva normalidad" también significa un calendario repleto de visitas a doctores para tratamientos, exámenes de sangre, y escáneres. A veces también significa menos energía, pero el lujo de siestas en la tarde. Significa limitar algunas actividades físicas como levantar bolsas del mercado, cestas de ropa para lavar, cargar niños, inclinarse sobre la bañera para bañar al perro, o bajar las escaleras corriendo. Puede significar el perderse una reunión o una visita con la familia debido a un bajo conteo de células blancas, lo que significa que el sistema inmunológico está débil y podría contagiarme con el último virus. También significa volverse más humilde. He perdido todo mi cabello tres veces. Alrededor de cincuenta personas han mirado mis senos y han emitido comentarios acerca de ellos. Ya ni siquiera siento que son míos. He aprendido a vivir en el momento y cada momento se ha vuelto precioso. Es más fácil hacer cosas importantes, como ir al museo y almorzar con una amiga, y dejar de hacer las cosas sin importancia, como los quehaceres de la casa. Las relaciones con los seres queridos y amigos se vuelven muy importantes, y he desarrollado una relación más profunda con Dios. He desarrollado un agradecimiento más profundo por la voluntad de Dios en mi vida.
Hoy el sermón se titulaba: "Emocionarse de Dios Puede Resultar Muy Solitario." El pastor John leyó 2a de Samuel 6, acerca del Rey David bailando y alabando a Dios, con un taparrabos, en la calle, mientras acompañaba el Arca del Pacto a su regreso a Jerusalén. La esposa de David lo despreció por este despliegue "ordinario" de emoción. Me conmovió el gozo de David en el Señor y oré sinceramente para que se hiciera la voluntad de Dios en mi vida. He estado tratando tanto de enfrentar la posibilidad de morir bien, que he olvidado la posibilidad de vivir bien. Dios puede darme otros diez o veinte años. Acepto la voluntad de Dios, cualquiera que sea, y apreciaré mucho cada día en la tierra, sean pocos o muchos.
Señor, hazme un instrumento de Tu paz. Donde haya odio, déjame sembrar amor; donde hayan heridas, perdón; donde hayan dudas, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; y donde haya tristeza, alegría.
Divino Maestro, permite que no busque tanto el ser consolado, como el consolar; el ser comprendido, sino el comprender; el ser amado, sino el amar. Porque es en el dar que recibimos; es en el perdonar que somos perdonados; y es en el morir que nacemos a la vida eterna. -- Atribuido a San Francisco de AsísSiga Leyendo
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