Sobreviviente de Cáncer de Mamas
A las sobrevivientes de cáncer de mamas les gusta hablar acerca de sus tratamientos, así que por favor, tenga paciencia. Me diagnosticaron con cáncer de mamas en enero de 1995. Una mamografía mostró calcificaciones en el sistema dúctil de la mitad inferior de mi seno derecho. Por varios años había tenido fibroso el seno derecho, y era cuidadosa en hacerme mamografías anuales. Me enviaron a un cirujano para una biopsia y me aseguraron que había poca probabilidad de que fuera maligno ¡pero lo era! Él recomendó una mastectomía, ya que toda la mitad inferior del seno estaba involucrada, y me aseguró que casi seguro era un carcinoma ductal in situ y que no se había extendido fuera de los ductos del seno al sistema linfático ¡pero lo hizo!
Lo removieron, examinaron doce nódulos linfáticos y encontraron sólo dos células malignas en el nódulo linfático más cercano al seno. Un panel de siete oncólogos decidió que no necesitaba quimioterapia ni radiación, ya que no habían encontrado tumor y parecía que el cáncer acababa de entrar al sistema linfático. Estaban bien seguros de que habían removido el único nódulo afectado. Ya que el cáncer salió positivo en estrógeno, se decidió tratarme con Tamoxifen para prevenir la escasa probabilidad de que pudiera recurrir ¡pero lo hizo!
En diciembre de 1997, un examen de sangre mostró que el cáncer estaba activo. Escáneres lo encontraron en el nódulo linfático de mi clavícula derecha, en varios nódulos abdominales, y en la columna. Una biopsia mostró que el cáncer de mamas había sufrido una metástasis. Comencé la quimioterapia poco después, y he continuado tratamientos semanales desde entonces. He tenido combinaciones de ocho quimioterapias (incluyendo Adriamycin, Taxol, Taxotare, Gemzar, y Navelbine), dos rondas completas de radiación (columna y cerebro), tres tratamientos de hormonas (Arimidex, Femara y Tamoxifen), e infusiones mensuales de Aridea para fortalecer mis huesos. La mayoría de mis tratamientos dura seis meses con intervalos cortos de descanso entre ellos.
Siempre planeo un viaje maravilloso durante esos intervalos. Como sobreviviente de cáncer de mamas, es importante tener algo que esperar con expectativas. Durante mi primer descanso, tomamos un crucero de once días por Hawái. (Era la primera vez que mi esposo, Bob, había estado en un barco desde que estuvo en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial ¡y le encantó!) Durante el próximo descanso, fuimos en un crucero por Grecia y Turquía siguiendo los pasos del apóstol Pablo. En nuestro último viaje, fuimos a Israel - ¡qué bendición!
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